La Plaza de San Pablo, en Valladolid, es un icónico espacio que ha sido testigo de innumerables eventos a lo largo de la historia. Desde el siglo XIII hasta la actualidad, esta plaza ha sido el corazón de la zona noble de la ciudad, albergando edificios emblemáticos como la Iglesia San Pablo, el Palacio Real, el Palacio Pimentel y el Instituto Zorrilla.

Su historia se remonta al siglo XIII, cuando Dª Violante, esposa de Alfonso X, ordenó la construcción de un modesto convento para los dominicos en este lugar. Posteriormente, María de Molina ordenó la construcción de un convento más grande y una iglesia, cuyas obras continuaron durante el siglo XV.

Después de la desamortización en 1835, el convento se convirtió en un presidio y, una vez abandonado, los edificios fueron derribados, dando paso a lo que se conoció como el «Corralón de San Pablo». En el lado opuesto de la plaza se encuentra el Palacio Real, construido en 1526 y utilizado como residencia oficial de los Reyes de España durante su estancia en Valladolid entre 1601 y 1606. El Duque de Lerma, propietario del palacio en ese momento, encargó reformas en la Iglesia de San Pablo para que pareciera que «miraba» hacia el palacio, creando un efecto óptico en las torres de la iglesia.

En el solar donde antes se encontraba la casa del Conde de Miranda se levantó el Colegio El Salvador, y en la esquina con la calle de las Angustias se halla el Palacio Pimentel, actual sede de la Diputación Provincial de Valladolid. El Instituto José Zorrilla, otro edificio importante de la plaza, se inauguró en 1907 y ha desempeñado un papel crucial en la educación de la ciudad. Además, la plaza alberga el Monumento a Felipe II, una escultura que imita el modelo de Pompeyo Leoni y que vigila la casa donde nació y la iglesia donde fue bautizado el rey.

La Plaza de San Pablo es un lugar lleno de historia y significado en Valladolid, que ha sido escenario de eventos importantes a lo largo de los siglos y sigue siendo un punto de referencia en la ciudad.