La Plaza de Fuente Dorada, un rincón con encanto en Valladolid, tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XIII. Aunque no tan prominente como la Plaza Mayor, esta plaza triangular desempeñó un papel esencial como centro comercial de la ciudad a lo largo de los años.

Durante el incendio de 1561, que también afectó a la Plaza Mayor, las casas bajo los soportales de Espadería sufrieron graves daños y colapsaron. Sin embargo, Felipe II aprobó su reconstrucción mediante una Real Cédula en 1564, al igual que hizo con la Plaza Mayor.

Cada sección de la plaza y sus soportales llevaba el nombre de los comercios que se encontraban allí, como Lorigueros, Frenería, Espaderos, Guarnicioneros, Mercaderes y Lencería, entre otros. En el año 1603, se conocían como los soportales de Guarnicioneros, desde Platerías hasta la Bajada de la Libertad, y los que se extendían de Teresa Gil a Cánovas del Castillo eran los de los Espaderos. A menudo, a la propia plaza se le llamaba la «Gallinería Vieja». La denominación de la plaza proviene de una fuente que alguna vez existió en su centro, llamada «Fuente Dorada». En 1863, se formalizó el nombre «Plazuela de Fuente Dorada» para los soportales de Guarnicioneros y los de Espadería, así como la manzana de casas que daba a la fuente.

En ese tiempo, garantizar el acceso al agua para los vecinos era una prioridad, y se acordó instalar ocho fuentes en la ciudad en 1603, incluyendo una en la Gallinería Vieja. Sin embargo, la construcción de la fuente no comenzó hasta 1616, a cargo del cantero Pedro de la Bárcena y bajo la dirección de Diego de Praves, maestro de obras de la ciudad. La fuente se completó en 1618. Poco se sabe sobre la apariencia original de la fuente, aunque se cree que tenía un pilón ochavado con caños en su centro. Según un relato de 1725, en algún momento se retiró una bola de bronce con una aguja y se reemplazó por delfines de piedra, además de una figura dorada de la primavera que perdió la cabeza.

En 1840, una estatua de Apolo, sin dorar, fue colocada en la fuente. Luego, en 1876, la fuente de piedra fue desmontada, trasladada al centro de la plaza y reemplazada por un pedestal sencillo con una columna para farola. En 1949, se instaló una escultura de fundición, apodada «Don Purpurino», que anteriormente pertenecía al Palacio Villena. Sin embargo, más tarde, la fuente fue desmontada y Don Purpurino encontró su hogar en Tamariz de Campos. En 1997, la Plaza de Fuente Dorada fue remodelada por el arquitecto Fernández González Poncio, y se colocó la fuente actual, que representa las cuatro estaciones y presenta inscripciones con los gremios de la ciudad.

A lo largo de su historia, la Plaza de Fuente Dorada ha sido el hogar de muchos negocios icónicos de Valladolid, que han dejado una huella imborrable en la memoria de la ciudad. Esta plaza es testigo de la evolución de la ciudad y su vibrante vida comercial y cultural.