La Plaza de la Universidad, enclavada en el núcleo histórico de Valladolid, es un espacio de inmenso valor histórico y cultural. A lo largo de los siglos, ha sido un punto focal en la vida de la ciudad, testigo de acontecimientos significativos y evoluciones urbanas.

Esta plaza, cuya antigüedad se remonta a tiempos remotos, está situada en las proximidades de edificios emblemáticos como el Palacio del Conde Ansúrez (más tarde Hospital de Esgueva), la iglesia de La Antigua y la antigua colegiata de Santa María. Su relevancia histórica se debe en parte a la construcción de la colegiata en 1095, que dio origen a la denominación «Santa María La Antigua» para distinguirla de la iglesia preexistente, conocida como «Santa María la Mayor».

En el siglo XIII, la Plaza de Santa María, como se conocía entonces, fue el lugar donde se celebraba el mercado de Valladolid, hasta que este se trasladó a la actual Plaza Mayor a mediados de ese siglo. Durante ese período, la plaza estaba descrita como un área rocosa y escarpada, con vegetación y un manantial que, con el tiempo, desapareció gradualmente. Este lugar también fue llamado la «cuesta de las peñas» y más tarde la «Plaza del rollo» debido a la construcción de una columna o rollo en el siglo XV.

La plaza fue testigo de eventos de gran importancia, como las proclamaciones de Berenguela y su hijo Fernando III «El Santo» como reyes de Castilla. Además, albergó las Casas Consistoriales de la ciudad hasta el siglo XV, cuando se mudaron a la Plaza Mayor, convirtiendo el antiguo edificio en un almacén. La Universidad desempeñó un papel crucial en la historia de la plaza, ya que el Estudio General se estableció en la antigua colegiata de Santa María la Mayor antes de mudarse a su edificio gótico en la calle Librería entre 1469 y 1472. En 1715, se realizó una expansión significativa de la Universidad y se construyó la fachada actual que preside la plaza.

En 1889, se colocó en el centro de la plaza el monumento a Cervantes, que originalmente había sido inaugurado en la plazuela del Rastro. Desde entonces, la plaza ha experimentado cambios, incluyendo la restauración de los restos de las antiguas colegiatas, la reestructuración de la entrada lateral de la catedral y otras modificaciones urbanísticas.

A principios del siglo XX, el Ayuntamiento decidió cambiar el nombre de la plaza de «Santa María» a «Plaza de la Universidad», una decisión que generó controversia en la ciudad. A pesar de esta modificación, la plaza continúa siendo un lugar emblemático en la historia y el presente de Valladolid, donde se mezclan el legado histórico y la vida contemporánea de la ciudad. Su evolución a lo largo de los siglos es un reflejo de la transformación y la identidad de Valladolid.