El Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, ubicado en la Plaza de Santa Ana en la ciudad de Valladolid, es un impresionante monasterio de monjas perteneciente a la Congregación de Monasterios de Monjas Cistercienses de San Bernardo. Construido a finales del siglo XVIII bajo la dirección del reconocido arquitecto Francesco Sabatini, el monasterio se destaca por su estilo neoclásico y su sobriedad arquitectónica.

Este magnífico edificio alberga un museo de arte sacro que alberga una notable colección de esculturas barrocas españolas, con obras destacadas de artistas como Gregorio Fernández y Pedro de Mena. Además, la iglesia del monasterio cuenta con tres lienzos juveniles de Goya, que son las únicas pinturas del famoso pintor que se conservan en Castilla y León.

La historia del monasterio se remonta a 1596, cuando fue fundado para acoger a una comunidad de monjas Bernardas Recoletas (Cistercienses). Sin embargo, a finales del siglo XVIII, el edificio original estaba en un estado de deterioro avanzado, por lo que la comunidad solicitó al rey Carlos III su reconstrucción. El monarca encargó los planos al renombrado arquitecto Francisco Sabatini, y las obras de construcción comenzaron en 1780, siendo finalizadas en 1787.

El Monasterio de San Joaquín y Santa Ana es actualmente la sede de la Orden Cisterciense de San Bernardo o de Castilla, y también alberga la Cofradía del Santo Entierro. En 1956, fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional y se convirtió en un Bien de Interés Cultural (BIC), reconociendo su importancia histórica y arquitectónica.

Una de las atracciones más destacadas del monasterio es su iglesia, construida en una planta elíptica y cubierta por una cúpula con óculos y una linterna cilíndrica. El interior de la iglesia presenta una distribución espacial barroca, con pilastras toscanas que sostienen un imponente entablamento y una cúpula. En el eje mayor de la elipse se encuentran el pórtico de la iglesia, la iglesia propiamente dicha y la capilla mayor, que se conectan a través de un gran arco, creando una armoniosa composición.

El monasterio también cuenta con seis grandes retablos neoclásicos, ubicados en la elipse y decorados con madera jaspeada imitando mármoles verdes y dorados, adornados con angelotes marmorizados, pilastras y frontones triangulares y curvos alternados. Estos retablos albergan importantes pinturas realizadas en 1787, tres de ellas por Ramón Bayeu y las otras tres por Francisco de Goya. Las pinturas de Goya, en particular, son consideradas obras de gran calidad artística y representan un estilo austero y singular en la carrera del famoso pintor aragonés.

El retablo mayor de la capilla mayor exhibe un conjunto escultórico que representa a Santa Ana, San Joaquín y la Virgen, datado a finales del siglo XVIII. Este magnífico conjunto escultórico se organiza mediante cuatro columnas corintias que sostienen un destacado entablamento, añadiendo un toque de majestuosidad al espacio sagrado.

El Monasterio de San Joaquín y Santa Ana es un lugar de gran importancia histórica, artística y religiosa en la ciudad de Valladolid. Su arquitectura neoclásica, sus valiosas obras de arte y su rica historia lo convierten en un destino imprescindible para aquellos que deseen sumergirse en la belleza y la serenidad de este lugar único. Ya sea para admirar las esculturas barrocas, contemplar las pinturas de Goya o simplemente disfrutar de la atmósfera sagrada del monasterio, una visita a este impresionante sitio es una experiencia inolvidable.