La Calle de Expósitos, en Valladolid, es un rincón histórico que encierra siglos de legado y belleza arquitectónica. Esta antigua calle se encuentra flanqueada en su entrada por dos espléndidos palacios, la Casa Señorial de los Valverde y el Palacio de Fabio Nelli, lo que confiere un aura de majestuosidad a su entorno. Su historia se remonta a los albores del caserío vallisoletano, y ya en el siglo XIV se la conocía como «Cal de la Puente», ya que se extendía desde la cerca de la ciudad hasta el Puente Mayor.

En el Plano de Bentura Seco de 1738, esta calle figura bajo el nombre de «calle del Puente». Sin embargo, estos dos palacios no son los únicos tesoros que albergó en el pasado. Antes del 4 de marzo de 1333, fecha en que el rey Don Alfonso XI emitió una orden al respecto, aquí se encontraba la Casa de los Linajes. Este lugar tenía una gran relevancia, ya que reunía a las diez familias más destacadas de Valladolid, agrupadas en los linajes de Tovar y Reoyo. En esta calle, estas familias se congregaban para elegir los cargos públicos anuales que liderarían la ciudad, como regidores y procuradores de Corte. Estos nombramientos se realizaban en la Iglesia Mayor.

El historiador Matías Sangrador señala que el lugar que ocupaba esta edificación coincidía con el sitio donde se construyó una casa de baños y un lugar para jugar a la pelota. El libro «Las Calles de Valladolid,» escrito por Juan Agapito y Revilla, documenta el cambio de nombre de la calle, que pasó de «calle del Río», título que mantuvo hasta 1894, a su nombre actual. Este cambio se debió a que la calle conducía al antiguo Hospicio, anteriormente conocido como el Palacio de los Condes de Benavente y que hoy en día alberga la Biblioteca Pública de Valladolid.

La Calle de Expósitos aún conserva su antigua nobleza y esplendor. La acera derecha está dominada por el ala izquierda del Palacio de Fabio Nelli, que se extiende a lo largo de dos tercios de la acera. En esta fachada, se encuentran varias ventanas adornadas con elaboradas verjas forjadas y un farol artístico que añade un toque de elegancia. Aunque cerca de allí se ubica una poco estética puerta de chapa, no logra eclipsar la belleza de este lugar.

La acera izquierda de la calle alberga hasta doce portales que conducen a diversas viviendas y comercios. Los edificios tienen una altura máxima de cuatro plantas y locales comerciales en la planta baja. La Calle de Expósitos es un testimonio viviente de la rica historia y el esplendor arquitectónico de Valladolid, donde el pasado y el presente coexisten en perfecta armonía. Cada paso por esta calle es un viaje en el tiempo que nos recuerda la importancia de preservar y apreciar nuestro patrimonio cultural.