La calle Claudio Moyano, antes conocida como calle de Alfareros, tiene una rica historia que se remonta a los tiempos en que formaba el límite de la segunda muralla de la ciudad de Valladolid, dentro del barrio de Santa María. Este barrio fue habitado en su mayoría por moriscos, y en la calle Claudio Moyano se encontraban algunas alfarerías, lo que queda documentado en registros del siglo XV.

Sin embargo, el nombre de la calle cambió en el siglo XX, específicamente el 30 de enero de 1902, cuando el Ayuntamiento decidió rebautizarla como «calle de Claudio Moyano» en honor a Don Claudio Moyano y Samaniego. Este ilustre personaje tenía profundas conexiones con Valladolid, ya que obtuvo su doctorado en leyes en esta ciudad. Además, desempeñó la cátedra de Instituciones Civiles y Economía Política en la Universidad de Valladolid y ocupó importantes cargos, como el de alcalde constitucional de Valladolid en 1841, rector de la Universidad y diputado a Cortes por la provincia.

Claudio Moyano también alcanzó renombre a nivel nacional, pues fue nombrado rector de la Universidad de Madrid en 1850 y ocupó el cargo de ministro de Fomento en tres ocasiones, en los años 1853, 1856 y 1864, bajo diferentes presidentes. Moyano, nacido el 30 de octubre de 1809 en Bóveda de Toro o Fuente de la Peña (Zamora), falleció en Madrid el 7 de marzo de 1890. Uno de sus logros más notables fue la promulgación de la Ley de Enseñanza, que marcó un hito en la educación y se siguió aplicando durante mucho tiempo.

La elección de Claudio Moyano como nombre para esta calle no solo honra su legado como figura destacada en la educación y la política, sino que también destaca la importancia de Valladolid como centro académico y cultural. La calle Claudio Moyano, que solía ser el límite de una muralla y el hogar de alfarerías, ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en un recordatorio tangible de una figura influyente en la historia de España y la educación.