La calle Cánovas del Castillo, una vía céntrica en Valladolid que conecta la Plaza de Fuente Dorada con la calle Regalado, tiene una historia rica y diversa que abarca varios nombres y eventos significativos a lo largo de los años.

Originalmente, la calle se llamaba Lorigueros, porque se cree que se vendían «lorigas» en ella. Más tarde, hasta 1498, se la conoció como calle de La Frenería debido a la venta de frenos. Sin embargo, en el plano de Ventura Seco de 1738, aparece bajo el nombre «calle de los Orates», debido a la presencia del Hospital de los Inocentes, fundado en 1489 por el Doctor Sancho Velázquez de Cuéllar. Este hospital atendía a veinte personas con enfermedades mentales, y su nombre proviene de los pacientes a los que se refería como «faltas de juicio por enfermedad».

El Hospital de los Inocentes funcionó hasta mediados del siglo XIX, cuando se trasladó a la calle de Herradores (hoy Alonso Pesquera) bajo el nombre de Manicomio Provincial. Este cambio de nombre a «calle de los Orates» se debió a la presencia del hospital y se mantuvo hasta 1897.

En 1897, la calle fue rebautizada con su nombre actual, Cánovas del Castillo, en honor al literato, historiador y Jefe de Gobierno Antonio Cánovas del Castillo, quien fue asesinado el 8 de agosto de 1897 en el Balneario de Santa Águeda.

A lo largo de los años, la calle también ha tenido otros nombres o se la ha conocido por diferentes apodos, como «Chapinería», debido a la presencia de zapateros que fabricaban «chapines», y «calle de Pretineros», por la fabricación de pretinas, que eran correas con hebillas para la cintura.

En cuanto a los edificios notables de la calle, se encuentra el número 2, que hace esquina con la calle Sierpe y presenta adornos que enmarcan balcones y bonitos miradores de madera. En el número 4 se encuentra un edificio construido en 1916 por el arquitecto Modesto Coloma para el empresario pastelero Ramón Freixas. Este edificio albergó una famosa pastelería y fue rehabilitado en 1983. El número 6 es especialmente representativo del modernismo en Valladolid y fue mandado construir por Julián Hernández en 1916, diseñado por el arquitecto Modesto Coloma.

La calle Cánovas del Castillo también ha sido el hogar de emblemáticos comercios de Valladolid, como «El Horno Francés» de Ramón Freixas, famoso por sus «Dulces Freixas». Otros comercios notables incluyen «El Siglo XXI», dedicado a la pañería y las sedas, y la famosa «Librería Relieve», que operó en la calle desde 1951 hasta 2014.

En resumen, la calle Cánovas del Castillo es un testigo de la evolución histórica de Valladolid, con cambios de nombre y la presencia de edificios notables y comercios icónicos que han dejado una marca en la ciudad a lo largo de los años.