Curiosidades sobre la Plaza Mayor de Valladolid
La Plaza Mayor de Valladolid, en pleno corazón de la capital de Castilla y León, es un lugar emblemático que encierra una gran cantidad de historias y curiosidades que merece la pena descubrir. A lo largo de los años, ha evolucionado desde su denominación inicial como Plaza del Mercado hasta convertirse en un punto de encuentro tanto para los vallisoletanos como para los visitantes.
La historia de esta plaza se remonta al siglo XIV, cuando comenzó a ser conocida como Plaza Mayor, siendo el epicentro de las actividades comerciales de la ciudad. Su diseño actual es un claro ejemplo de la arquitectura renacentista española, aunque pasó por una reconstrucción importante después de un devastador incendio en septiembre de 1561, a cargo de Francisco de Salamanca. Junto a las plazas de Madrid y Salamanca, Valladolid ostenta una de las plazas más espectaculares y grandes de España. En su centro, se encuentra un monumento en honor a Conde Ansúrez, el repoblador de la ciudad, realizado en piedra granítica y bronce por Aurelio Rodríguez en 1903.
Pero más allá de su rica historia, la Plaza Mayor de Valladolid alberga algunas curiosidades que no todos conocen:
- Restos de la Guerra Civil: Si observas detenidamente la fachada del Ayuntamiento, específicamente en la segunda planta, podrás notar roturas y orificios causados por disparos durante la Guerra Civil. Estos vestigios son un recordatorio silencioso de los momentos históricos que vivió la ciudad.
- Mirillas históricas: En los techos y algunos soportales de la plaza, aún se pueden encontrar pequeñas ventanas conocidas como «mirillas». Estas se utilizaban en el pasado para identificar a quienes llamaban a la puerta. Un detalle aparentemente simple en la actualidad, pero que en su época fue una solución ingeniosa.
- Dos bocacalles destacadas: La Plaza Mayor de Valladolid esconde dos callejones que pocos conocen. Uno de ellos es la calle Ricote, que tiene apenas 3 metros de ancho y se encuentra junto a la calle Pasión. El otro está en la calle Ferrari, en los números 32 y 34, con menos de 2 metros de ancho. Estos callejones, aunque discretos, son un encanto para los curiosos que los descubren.
- Escenario cinematográfico: La Plaza Mayor de Valladolid ha sido escenario de numerosas películas, tanto nacionales como internacionales. Algunos ejemplos incluyen «Soldados de Plomo», «Monseñor Quijote» y «Un buen día lo tiene cualquiera», esta última rodada íntegramente en la ciudad en 2007. Esta emblemática plaza ha aportado su encanto único a la industria cinematográfica.
La Plaza Mayor de Valladolid no solo es un lugar histórico, sino también un rincón lleno de historias y curiosidades que la hacen aún más fascinante. Pasear por sus adoquines es sumergirse en un viaje en el tiempo y descubrir los secretos que guarda esta joya del patrimonio de Castilla y León.
